Baudelaire,
Charles: Pequeños poemas en
prosa. Críticas de arte; Espasa-Calpe, Madrid, 1968, 3ª ed., 150 pp. P. 58, XXXIII: Embriagaos: Hay que estar siempre borracho. Todo consiste en eso: es la única
cuestión. Para no sentir la carga terrible del Tiempo, que os rompe los hombros
y os inclina hacia el suelo, tenéis que embriagaros sin tregua.
Pero ¿de qué? De vino, de
poesía o de virtud, de lo que queráis. Pero embriagaos.
Y si alguna vez, en las
gradas de un palacio, sobre la hierba verde de un foso, en la tristona soledad
de vuestro cuarto, os despertáis, disminuida ya o disipada la embriaguez,
preguntad al viento, a la ola, a la estrella, al ave, al reloj, a cuanto huye,
a todo lo que gime, a lo que rueda, a cuanto canta, a todo lo que habla, preguntadle
la hora que es; y el viento, la ola, la estrella, el ave, el reloj, os
contestarán: "¡Es hora de emborracharse! Para no ser esclavos y mártires
del Tiempo, embriagaos sin cesar. De vino, de poesía o de virtud; de lo que
queráis."
|
Mi padre recitaba alguna de estas estrofas, cuando llegaba a casa y nos pedía un poco de whisky (tan poco, que él decía que se entonaba y yo creo que era muy poco para lograr eso) nosotros le servíamos unos mililitros desgraciados de alcohol, y mientras esperaba la cena que preparaba mamá, apenas se mojaba los labios con el líquido que le servíamos solícitos sus hijos. Sentíamos que con eso, apenas eso, le dábamos el descanso y aflojábamos sus músculos con esas míseras gotas de alcohol, mientras él nos decía: emborracharse...de vino, de poesía o de virtud...pero emborráchate. Y yo, adolescente, sentía que hacía algo bueno por él, al servirle ese poquito de escape, que no se acercaba ni por asomo a emborracharse. Pero lo entendíamos, él se "entonaba", esa era su palabra y ahora sé que se entonaba con tan poco!. Cuando papá faltó, a mis 17 años, con mis hermanos elegíamos alguna botella que le habían regalado, y la abríamos (un poco culpables, un poco como homenaje) y nos servíamos un poquito de alcohol, como le dábamos a él, y tomábamos, tal vez en homenaje a papá, tal vez porque necesitábamos ese escape, o esa unión entre nosotros, que nos permitía sobrellevar los miedos y las exigencias de esa época de tristeza por el que no estaría más, y por lo que nos podía esperar a nosotros, que teníamos la claridad de que en el momento que nos tocara, haríamos lo que fuera contra el régimen.
ResponderEliminarMi padre recitaba alguna de estas estrofas, cuando llegaba a casa y nos pedía un poco de whisky (tan poco, que él decía que se entonaba y yo creo que era muy poco para lograr eso) nosotros le servíamos unos mililitros desgraciados de alcohol, y mientras esperaba la cena que preparaba mamá, apenas se mojaba los labios con el líquido que le servíamos solícitos sus hijos. Sentíamos que con eso, apenas eso, le dábamos el descanso y aflojábamos sus músculos con esas míseras gotas de alcohol, mientras él nos decía: emborracharse...de vino, de poesía o de virtud...pero emborráchate. Y yo, adolescente, sentía que hacía algo bueno por él, al servirle ese poquito de escape, que no se acercaba ni por asomo a emborracharse. Pero lo entendíamos, él se "entonaba", esa era su palabra y ahora sé que se entonaba con tan poco!. Cuando papá faltó, a mis 17 años, con mis hermanos elegíamos alguna botella que le habían regalado, y la abríamos (un poco culpables, un poco como homenaje) y nos servíamos un poquito de alcohol, como le dábamos a él, y tomábamos, tal vez en homenaje a papá, tal vez porque necesitábamos ese escape, o esa unión entre nosotros, que nos permitía sobrellevar los miedos y las exigencias de esa época de tristeza por el que no estaría más, y por lo que nos podía esperar a nosotros, que teníamos la claridad de que en el momento que nos tocara, haríamos lo que fuera contra el régimen.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar