Quincey,
Thomas de: Del asesinato considerado
como una de las bellas artes; Alianza, Madrid, 1989, 1ª reimpr. P. 55, Segundo artículo: Si uno empieza por permitirse un asesinato, pronto no le da importancia a
robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del Señor, y se
acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día
siguiente. Una vez que empieza uno a deslizarse cuesta abajo ya no sabe dónde
podrá detenerse. La ruina de muchos comenzó con un pequeño asesinato al que no
dieron importancia en su momento.
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